martes, 8 de octubre de 2013

El ascensor



Son sitios cerrados, sin posibilidad para escapar, en los que pueden pasar cosas interesantes (ahí lo dejo) o desear que se descuelguen a toda velocidad para que la tensión que se ha creado dentro se rompa.

Alguna vez seguro que todos nos hemos quedado encerrados en un ascensor, yo tres veces. La más memorable fue una en la que tuve que salir encaramándome a un señor al que no le importo que tres chicas con falda le pisaran las costillas y lumbares, de una en una, eso sí.

Se me ha apagado la luz dentro de un ascensor, con el ascensor en movimiento y me he acojonado viva, para que negar la evidencia.

He estado en un ascensor con un equipo completo de futbol incluidos los suplentes y cuando llegamos a la planta 0, el ascensor había bajado hasta el subsuelo por la cantidad de peso extra que llevaba.

Lo que nunca me había pasado es lo que a continuación paso a relatarles.

El Viernes pasado más o menos a media mañana me levanto de mi puesto de trabajo y me dirigí al ascensor para bajar a la calle a fumar. Llevaba un día de mierda, vamos lo que viene siendo habitual en las últimas semanas, ni tiempo para respirar, casi sin poder mear (vengo sondada de casa) y mucho menos para bajar a fumar. Bajé a la calle y me fumé dos pitis del tirón, algo que está empezando a convertirse en una insana costumbre. No bajo mucho y cuando bajo tengo tal monazo de nicotina y me fumo los cigarros a pares.

Volvía de fumar con mi dosis de nicótica en sangre y me encaminé a uno de los ascensores del edificio, como iba a hacer una paradita a comprarme un “algo” para comer, fui a uno de los ascensores que no es el que tengo que tomar para ir mas directa a mi puesto de trabajo, es el que se conoce como “el de dirección” porque es el que está más próximo como bien supondrán a los gerifaltes.

Llamé al botoncito ya con mi dosis de nicotina en too lo alto y tras unos segunditos de espera llegó el ascensor, se abren puertas, no sale nadie, entro yo y comienzan a cerrarse las puertas. Cuando ya estaban a punto de cerrarse, alguien llega apresuradamente y entra dando los buenos días.

Yo estaba con la espalda pegada a uno de los laterales del ascensor y el individuo que acaba de entrar se posiciona justo delante mío en el otro lateral.

Y así fue

Hola (dice él)

Nota: él era un  tipo de unos cuarenta y largos, bien trajeado y con buena planta (si no recuerdo mal)

Hola (contesto yo educadamente)

¿Qué tal el día?

Bien, no está siendo malo (miento como una bellaca, no sé quién es y no es plan de decirle la mierda de día, semana y mes que llevo)

¿Estás contenta? (yo aquí ya flipaba)

Bueno, es viernes y hay que disfrutar del fin de semana.

En medio de esta conversación absurda, observo como el “tipo” no deja de mirarme la delantera. En un primer momento pensé que llevaba un manchurrón de café en la pechera, o una pegatina de pokemon de mi hijo o se me había roto la camiseta y llevaba las lolas al aire, yo que sé… cualquier cosa… pero no, el “tipo” estaba intentando leer el nombre de la identificación que yo llevo colgada del cuello. No lo pudo leer…

Sabes, es mi primer día de trabajo (ahora lo entiendo todo, pobrecito, es nuevo y no tiene amiguitos…)

Bienvenido

Bueno realmente no es el primer día, me marché de la empresa y he vuelto (este tío o es muy bueno en lo que hace o es el primo/cuñado/hermano de alguien)

Ahh pues rebienvenido (como sea un nuevo gerifalte me estoy luciendo)

Y tú, ¿en qué departamento estás? (vaya, como no ha visto mi nombre ya me lo pregunta directamente)

Estoy en el departamento de los “raritos” (desde luego no le dije eso, le di el nombre de verdad de la buena, pero ahora no procede aquí)

Ahh muy bien, os conozco (pues qué bien)

Esto.. disculpa.. creo que te has pasado de planta..

No importa, te acompaño y ya bajaré

Me paso un día por vuestro sitio, te busco y nos tomamos un café, ¿vale? (se abren las puertas del ascensor en mi planta)

Bueno, ya nos veremos… (salgo del ascensor como alma que lleva el diablo)

Cuando llego a mi sitio estoy flipando en colores, se me ocurre contarles a mis compañeros (todos tíos) lo que ha pasado, lo que provoco un descojone brutal…

Compañeros cabrones

Jajaja ese tío estaba ligando contigo, menos mal que no te has quedado encerrada con él en el ascensor (cosa que ocurre con mucha frecuencia en los ascensores de mi edificio, que se paran muy a menudo)
¿Y quién era?
Y yo qué cojones sé… no le he visto en mi vida… y dejaros ya de coñas que aún estoy flipando…
Que sí… que estaba ligando contigo
Hombre ya me he dado cuenta, y por eso estoy flipando, en un ascensor… en el curro… la peña está fatal…
Sí… si.. pero ese sabes que va a venir a buscarte ¿verdad?

Me siento al final de una campa llena de gente de espaldas al pasillo, llevo desde el viernes con el cuello retorcido mirando de reojo el pasillo no sea que venga a buscarme …

La situación me resultó muy violenta, tengo ya unos añitos (cuaitantos) y aunque es difícil que alguien me sorprenda, ese “tipo” no solo me sorprendió, sino que me incomodo mucho la forma que tenía de mirarme, SE me estaban ligando y yo que no podía salir de ese habitáculo cerrado…

A fecha y hora de hoy no se ha presentado, pero yo he dejado de ir en ascensor, y estoy tentada de hablar con alguna amiga de RRHH y que me diga quién se incorporó a la empresa el pasado viernes, si me van a invitar a café, por lo menos que sepa quién es y si tengo posibilidades que mi nómina aumente en un par de “ceros” :-D

Hoy una compañera se ha quedado encerrada en el ascensor (ella sola….)