martes, 20 de septiembre de 2011

El Guateque

Ayer se celebró otra despedida de compañero que deja “a empujones” la empresa. En dos semanas dos celebraciones de despedida, con los consiguientes “empapurzamientos”. La imagen mostrada al final puede herir la sensibilidad. Se recomienda un visionado con prudencia y si siente nauseas, por favor diríjase a la salida de emergencia más cercana.

La foto fue tomada en la noche-madrugada de ayer (por servidora) en garito de Madrid copado hasta la bandera de gente que sin más oficio ni beneficio pasea su palmito por la noche Madrileña. Vamos… lo que viene siento un grupo (numeroso) de compañeros y ex-compañeros de servidora y “fauna apretá”, que es como mejor se puede calificar a esos personajes que parecen sacados de “Mujeres, Hombres y viceversa”.

La noche dio para mucho, reencuentro con ex-compañeros de fatiga en la empresa que a lo largo de los años y por razones de compra, venta, absorciones y muchos cambios de nombre hemos compartido “n mil” años juntos.

Algunos parece que salen del formol solo para asistir a estos eventos (cabrones están igual, algunos incluso mejor). Otros que ya peinan canas, si es que les queda algo que peinar. Otros que directamente se han enriquecido de la sabiduría de la vida en general y han engordado como 35 kilos. Otros que han perdido esos mismos kilos. Y la gran mayoría de los que sin darnos cuenta estamos “estupend@s” ante ojos ajenos (que bien sienta cuando te dicen eso, por cumplir o no, pero que bien sienta….).

Hemos recordado viejos tiempos, hemos comentado nuevos tiempos, hemos visto las fotos de los hijos de otros y hemos enseñado orgullosos las fotos de los nuestros. Nos hemos reído (me duele la mandíbula de reírme, una semana más). Hemos bebido y hemos… no, de eso no… pues sí… NO hemos comido.

Vamos a ver, de todos es sabido que uno tiene que tener el estomago entre medio y lleno si tiene intención de beber. Gran error de unos cuantos que nos presentamos en el lugar de encuentro anterior al garito “apretao” con el estomago cuasi vacío. Empapurzamiento inicial en el cual de cuando en cuando pasaba un camarero con una bandejita de canapés que debían tener buena pinta y suponemos debías igualmente estar estupendos pero que no llegaban a los que estábamos más lejos de la cocina. Nota a tener en cuenta para próximos eventos [ponerme a puerta gayola frente a la salida de la cocina]. El caso es que pillamos y retuvimos entre cuatro a uno de los camareros que nos trajo una bandeja de contrabando y no le dejamos marchar hasta dar fin de las garbas en tempura que traía. Aún así, una bandejita de canapés no da para mucho, pero al menos conseguimos eso, otros me parecía que empezaban a rifarse el muslamen de una de las camareras, otros preferían pechuga y la mayoría corría detrás de los camareros con palillos en las manos y dientes afilados.

12:30 SMS de servidora al Sensei - no creo que llegue tarde -
12:50 SMS de servidora al Sensei - oye que sí, que llego tarde -

Qué se le va a hacer, soy una chica fácil y no costó mucho que me convencieran de tomar la última.

Concluido el evento inicial, el rey de la fiesta, que por supuesto no era el homenajeado (eso siempre pasa) decidió por todos nosotros el mejor sitio para ir a continuar con el guateque. Los que en ese momento habíamos hecho piña (quizás por el secuestro del camarero), ante lo que se nos venía encima, decidimos ir dando un agradable paseo caminando hasta el siguiente punto de encuentro y  buscar un sitio abierto para picar algo. Teniendo en cuenta que ya era la una de la madrugada, que en el barrio en el que estábamos no es de los que puedes encontrar un restaurante de Kebab a la vuelta de la esquina y que era lunes (eso no parábamos de repetirnos), evidentemente no encontrábamos nada abierto.

Alguien sugirió entrar en una farmacia de guardia que nos encontramos de camino y comprar unos cuantos batidos de proteínas o barritas de cereales. La opción fue desestimada casi desde el primer momento, porque creíamos que la señora boticaria pensaría que estábamos grabando una cámara oculta.

Gran regocijo cuando divisamos una gasolinera de Repsol, suponíamos tendría tienda donde comprar algo comestible…

Servidora  - mirar.. una gasolinera... seguro que podemos comprar algo de comer -

Ex-compañero que vive a caballo entre España y un país que ni el mismo sabe decir y mucho menos nosotros escribir, digamos Kafiristan, Kajiristan… algo con “K” - necesito comer algo o caigo aquí mismo redondo -

Compañero fiel seguidos del Mundial de Rugby - vaaaa, mal rollo en esta gasolinera no tienen tienda -

Otro ex-compañero que le gusta jugar con las cajas - mirar, tienen una máquina de vending, anda si tienen sándwiches –

Amable señor de la gasolinera - si podéis evitarlo, mejor, pero si no, mejor no compréis uno con mucha salsa –

Servidora desoyendo completamente el consejo del amable señor de la gasolinera compré uno de Serrano (por llamarlo de alguna manera, supongo que se refería a la procedencia del embase, porque lo que se dice jamón.. jamón… yo no vi por ningún sitio, era como una pasta blancucha con unos tropezones realmente extraños, pero que cojones… era la una de la madrugada y había hambre).

El Kafiristani o Kajiristani o lo que sea con “K” se compró dos (osado siempre fue). Uno de ensalada de cangrejo y otro que según rezaba en la etiqueta era Mixto (no sabemos qué era lo que Mixteaba, jajaja).

Al que le gustan las cajas optó por el siempre clásico ensalada de pollo (para que cojinetes nos aconsejó que evitásemos las salsas).

Y por último el seguidor del Mundial de Rugby más listo, que decidió no jugársela se conformó con una bolsita de almendras.

No hubo comentarios al sabor o no de nuestros respectivos sándwiches, solo llegamos a la conclusión que daba lo mismo de que fuesen, todos olían y  sabían igual y de pinta… pues vamos a ver.. era como comerse en sándwich de Nivea.

De esa guisa continuamos nuestro deambular por las calles madrileñas hasta llegar al siguiente punto de encuentro, vigilados de cerca por una patrulla de la policía municipal que cada dos calles nos encontrábamos (no sé si de forma casual). Que cojones harán estos cuatro a estas horas (un lunes) por aquí… debían de estar pensando.

Llegamos al segundo punto de encuentro y entre risas y más risas echamos el resto entre la “fauna apretá” y nuestros queridos y reencontrados compañeros y ex-compañeros.

Después de una productiva mañana de curro me voy a casa a ver si consigo aliviar esta holgura craneal (como dice Moli) durmiendo un poco y si la digestión del NO sándwich de Serrano de anoche me lo permite, comer algo que no salga de una máquina de vending.



4 comentarios:

  1. Por favor, sin más palabras....llama por caridad a tus compañeros de faenas nocturnas haber si estan vivos hoy jajajjajaja

    ResponderEliminar
  2. Me he partido la caja con tu forma de relatarlo.

    De esas tengo yo una cada dos por tres...jamía son la sal de la vida ¡qué quieres que te diga!

    ResponderEliminar
  3. A la próxima farra me autoinvito sin falta!!! me meo con esa copa sandwichera to fashion, dentro de ná los mojitos los servirá Rodilla XD .... di que si nena creando tendencias... madre mía lo que hace el alcohol...

    ResponderEliminar
  4. Jajajaja, no sé cómo puede ser pero estas fiestas nocturnas siempre acaban siendo igual!!!
    Y no caigas en la máquina de vending, que no da más que malas noticias!

    ResponderEliminar