martes, 14 de febrero de 2012

Mar Adentro

El Sábado pasado falleció la abuela del Sensei.

Después de casi siete años en cama, con la movilidad perdida, sin poder comunicarse y ante de impotencia de todos viendo como poco a poco se iba consumiendo, la abuelavieja, como NiñoNinja la llamaba, finalmente nos dejó.

Han sido siete largos años en los cuales los tíos, tías y padres del Sensei han estado acompañando a la abuelavieja en esa transición que ha durado demasiado. Demasiado para ella y demasiado para los que la han acompañado en el viaje. Muy a pesar de lo que digan los médicos yo tengo y siempre he tenido la impresión que la abuelavieja estaba sufriendo. Puede que no hablase, puede que no conociese, pero los ojos con los que nos miraba eran de dolor. De dolor, de frustración y de rabia por no poder decir lo que le pasaba. Dolor por conocer (yo creo que en ocasiones conocía) y no poder levantarse para dar un beso o un capón a alguno de sus hijos, nietos o biznietos.

Todos éramos conscientes que más pronto o más tarde esto tenía que pasar. Yo rezaba al Santo Creador para que no tardase mucho en llamarla. Eso no es forma de vivir y menos de morir.  Cuando algo no tiene remedio cuando sabes (crees) que la transición  está siendo dolorosa tanto para la familia como para el viajero, creo que lo mejor es que el fin del viaje sea lo más rápido.

Durante estos años hemos visto como surgían diferencia entre el mejor proceder con respecto a la abuelavieja. Cómo se reprochaban entre ellos actitudes absurdas. De lo bien que está con unos y no con otros. De cómo si cuando esta con unos está más gordita o menos. De cómo si cuando está con unos están más tiempo con ella en la habitación acompañándola y hablándole (aunque los médicos dijesen que no tenía sentido porque aunque oyese… no entendía) y otros sólo estaban el tiempo justo para alimentarla, asearla y preparar la habitación para la noche. De cómo unos la tenían mucho tiempo en semipenumbra y otros querían que recibiese toda la luz y el sol que pudiese. De cómo unos hacían mucho ruido y otros hablaban en susurros. Así hasta el infinito y más allá……
Cualquier actitud era recriminada por unos y aplaudida por otros y  en definitiva la que llevaba siete años en una cama sin poder decir esta boca es mía, era ella, la abuelavieja.

La que veía (o no) cómo cada dos meses venían a instalarse en su casa uno de sus hijos o nueras que con el apoyo de una interina que ha permanecido con ellos durante todos estos años, la que se dejaba hacer, la que se dejaba alimentar, lavar, peinar, ponerla a dormir, era ella.

Eso no es vida, no Señor. No voy a entrar en si fue una buena persona, en sí hizo todo lo que pudo por sus hijos, en si el amor que les dio a todos fue por igual o no. No soy yo quien vaya a decir nada en ese sentido, pero creo firmemente que nadie merece una vida así y menos aún una muerte en vida.

Nadie, y el nadie es el más amplio que se le puede dar a esa palabra, se merece algo así. Y digo se merece porque en esa situación no debería verse si la madre amantísima, ni la mala madre, ni la madre coraje, ni madre ni padre, ni NADIE.

Creo firmemente que al igual que a lo largo de nuestra vida vamos reconduciéndola y decidimos como queremos vivirla, creo que con la muerte debería pasar lo mismo. Tengo entendido que existe un protocolo médico algo así como “no reanimación” para casos extremos, en los cuales una persona enferma muy enferma, una vez que entra en parada, se ejecuta ese protocolo de “no reanimación” que previamente ha pasado por las estancias que dan validez al mismo y claro está con el consentimiento en firme del viajero. Según tengo entendido, en Estados Unidos sí se puede ejercer ese de derecho a la NO vida, pero tengo entendido que en España no es admitido. Todos deberíamos poder ejercer el derecho a decidir cuando NO continuar con el sufrimiento.

Es un tema peliagudo que da mucho miedito sólo pensar en el, pero algunos, los que llevamos a nuestras espaldas el lastre de una enfermedad muy cabrona, que no sabemos cómo acabará, imagino que no en pocas ocasiones hemos reflexionado sobre el tema. En mi caso, al Santo Creador doy gracias a diario por no tener que pensar en ello más de lo mentalmente sano y aún así he decidido que cuando llegue el momento y espero que sea muy muy muy tarde, mi transición sea apacible, rodeada de mis hijos (espero que en algún momento llegue un hermano o hermana para NiñoNinja), mis nietos y ya que me pongo de mis biznietos, pero eso si… sin  sufrir, ni ellos ni yo….

El sábado cuando el Sensei estaba preparando la maleta para irse, NiñoNinja me preguntó

¿Mamá dónde se va Papá?

Cariño, se va a PuebloNinja, ya sabes que la abuelavieja estaba muy malita. NiñoNinja no ha conocido a la abuelavieja en otro escenario que no fuese la cama y siempre la ha visto enferma

Sí, pero ¿porqué se va Papá si  la abuelavieja no se puede mover? ¿dónde se va?

Cariño, la abuelavieja se va al cielo

Entonces ¿se ha muerto?

Si cariño, ya estaba muy muy malita.

¿Y como se va al cielo? Imagino que se refería a que medio de locomoción se emplea para ir allí

No lo sé cariño, pero la abuelavieja allí estará bien

Y si va a estar bien ¿porqué no se ha ido antes? Se me saltó una lagrima, no pude contenerme, pero él no la vio.

¿Y que más cosas se hacen en el cielo Mamá?

No tengo respuesta a esto y tampoco le di ninguna a NiñoNinja, cambie el tema pero pude ver cómo en los ojitos de mi niño, empezaba a asomar una lagrimita.

Qué se hace en el cielo, quien decide quién entra y quién no. ¿Podremos enmendar nuestros errores o daños cuando estemos a punto de llegar al destino del viaje?

No lo sé y en este momento no quiero dedicar ni un minuto más de mi tiempo a pensar en ello. Quiero dedicar todos y cada uno de mis minutos a no tener que enmendar errores para cuando llegue a destino. Dedicar todos y cada uno de mis minutos al hasta ahora único NiñoNinja y demás personas, personillas y personajillos que me acompañan en el viaje.

Hoy sí que no hay conclusiones.

5 comentarios:

  1. Hoy si que das título a tu blog. Lo siento mucho, un abrazo.

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  2. Dile a niñoninja que el Cielo es todo eso que mas le gusta hacer, pero multiplicado por infinito. Jugar al fútbol, comer helados, estar con los amigos en la piscina, montar en bici... Todas esas cosas maravillosas que ahora solo podemos hacer a ratitos, se pueden hacer eternamente, porque en el Cielo no hay tiempo, el tiempo no cuenta, y se cansara de hacer una cosa que le chifla, y hará otra y después otra, y se le irán ocurriendo cosas divertirían as y las ira haciendo todas y sin cansarse!!!! Pero el Cielo hay que ganarselo, y nos lo ganamos aquí, en la tierra, renunciando a cosas maravillosas y sobretodo, siendo buenos, buenísimos con los demás.... Vaya rollo te he soltado!!!! Y por supuesto, al Cielo nos lleva un angelito que nos viene a buscar cuando hemos cumplido con nuestro cometido en la tierra... Siento lo de tu "abuela", yo llego ahora mismo de un entierro de fuera de mi provincia...

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  3. Solo decir que he estado por aqui y te he leido y un besazo para ti y los tuyos. Y en efecto, como dices, en esto pensar solo lo inevitable.

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