martes, 6 de noviembre de 2012

Sin Perdón

De un tiempo a esta parte me he dado cuenta que existe una palabra en el DRAE que está en desuso, que ha dejado de tener sentido en la mayor parte de sus acepciones.

Algunos directamente no la usan y otros la usan a destiempo.

Los que no la usan pierden con cada olvido un pedacito de mi simpatía y los que la usan a destiempo pierden mi simpatía y a destiempo la recuperan.

Pronunciar esta palabra en ocasiones duele, en ocasiones quisieras no tener que decirla y en todas las ocasiones esperas que la palabra sea escuchada e incluso sea un consuelo.

Es una palabra que como ocurre con las hadas y los gnomos, si dejamos de creer en ella, desaparecerá y morirá en el olvido.

Es por ello que hoy quiero decir alto y claro PERDÓN

¿A qué no cuesta tanto? ¿A qué es una palabra bonita?

Yo la digo muy a menudo, casi a diario, incluso varias veces en un día.

No creo ser ni más valiente ni más cobarde por decirla, es simplemente que no me cuesta trabajo el pronunciarla, pero que no me cueste trabajo el decirla no significa que no me duela tener que decirla, y ¿doler?, claro que duele, porque se supone que cuando lo dices es que has causado daño, dolor u ofensa.

Un “ups” tras pisar un pie en el ascensor no es pedir disculpas. La respuesta a ese “ups” suele ser un “no pasa nada” acompañado de un ligero movimiento de mano y una sonrisita forzada entre dientes. Un codazo en una pechuga en un pasillo del supermercado no lo calmas con un “ups vaya” y tras volver a situar tu pechuga en el sitio en el que suele estar habitualmente y no en la espalda, sonríes entre dientes y lagrimas pasando a contestar “no pasa nada”. [*oño… pídeme PERDÓN, la pechuga y el pié me seguirá doliendo, tu palabra no consolará mi dolor, pero al menos lo has intentado].

No creo que sea un olvido intencionado, creo que es simplemente una falta de costumbre. Y por desgracia, estamos tan acostumbrados a ver como nadie pide PERDÓN que ya es parte de nuestro día a día.

Vemos como en lugar de pedir PERDÓN, últimamente se ve como se pasan la culpa unos a otros, cómo nadie se atreve a pedirlo por sus palabras o sus acciones y se espera al devenir de los acontecimientos para después salir al paso diciendo “yo no sabía”, “a mí me dijeron”, “esa no era mi responsabilidad”, “yo no estaba allí”.

Inténtalo, verás cómo no ocurre nada, bueno, en ocasiones lo que puede ocurrir es que te destituyan de tu puesto o que tengas que entonar “Mea Culpa” a las puertas de un tanatorio.

Pedir PERDÓN hoy en día es una cuestión de Fe. De Fe en el prójimo, de una creencia firme de que tus disculpas serán aceptadas,  que aunque el daño ya esté hecho, tu sentido pesar será escuchado y desde luego agradecido.

Siempre me he considerado sencilla y humilde en mi vida, siempre he pedido PERDÓN cuando sentía que debía hacerlo, incluso en ocasiones en las que no tenía muy clara mi culpa o no “porsiaca” también lo he pedido y no se me han caído los anillos por decirlo, bueno, últimamente sí se me caen, pero quizás tenga algo que ver con la pérdida de peso (200 grs) y no con la falta de humildad.

No creo que sea una condición asociada a una determinada forma de ver y sentir la vida. En una ocasión me contaron cómo se escuchó a una persona religiosa (y entendamos por “religiosa” de hábito) pronunciar una frase lapidaria “Puede que me equivocase, pero desde luego no voy a pediros PERDÓN”, esto…. espera que me he perdido, ¿eso no es soberbia? y ¿no es un pecado capital? Upsss “chata” creo que tienes un problema  con tu jefe.

No creo en el PERDÓN divino, creo que el PERDÓN debe, es y será otorgado siempre por el ser humano. No creo que el Santo Creador tenga entre sus To Do´s diarios el conceder el PERDÓN a aquel que me pisó y no se disculpó, ni que vaya concediendo PENDONES a diestro y siniestro en función de los días pares o impares del mes. Dado que el dolor, daño o agravio ha sido causado por el ser humano, el PERDÓN lo debe conceder ese mismo ser que encarna la realidad. Y rezamos y pedidos PERDÓN por nuestro pecados con la mano en el corazón y los ojos mirando al cielo, pero quizás fuese más sencillo si pidiésemos ese PERDÓN a la persona que está sentada junto a nosotros y a la que sabemos que nuestras acciones sí le han causado un dolor.

Se puede pedir perdón y se debe pedir perdón y así pues…

Puedo pedir perdón por escribir algo que no te ha gustado pero eso no significa que quisiera herirte a propósito con ello.

Puedo pedir perdón por no entregar el informe a tiempo y quizás no sea porque me he pasado el día viendo como crecía la hierba.

Puedo pedir perdón por no haberte besado y desde luego eso no es que quisiera meterme en tu cama.

Puedo pedir perdón por mis palabras aún a sabiendas que no las escuchabas.

Puedo pedir perdón por no verte y sin embargo te estoy mirando.

Puedo pedir perdón por mis gritos y no haber salido de mi boca un solo sonido.

Puedo pedir perdón por haber llorado y no poder consolarte cuando más me necesitabas y sin embargo estar a tu lado.

Ñoras y Ñores inténtenlo, no es tan difícil, pidan perdón por sus actos, pronuncien en alto PERDÓN y comiencen siempre por los que tenemos cerca a nuestro lado. Y sobre todo, sobre todo.. pídanlo de corazón no porque su puesto de consejero de festejos esté en peligro, háganlo sabiendo el consuelo que esa palabra puede dar.

Conclusión

Últimamente escribo muy intensa. Este próximo fin de semana nos vamos de casa rural como el año pasado, Uds. recordarán aquí nuestra anterior aventura. Espero poder volver con material suficiente para hacer pasar esta intensidad escritora tan cojonera.

Recuerden pedir PERDÓN, si se pide de corazón cuesta un poquito… pero qué no cuesta en esta vida….

Y como casi siempre, cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia.


15 comentarios:

  1. Sencillamente es cuestión de educación.
    Yo también lo pido...y el que no lo haga allá él y su mala baba...
    Un besazo y disfruta este finde largo!!!!

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    1. Corazón, es que llevo mucho retraso con el blog y los comentarios. Puedo decir y digo ya a toro pasado que el fin de semana largo fue increíble.

      Un besazo

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  2. Las palabras mágicas: por favor y gracias y perdón, hacen la vida más fácil. Un beso.

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  3. Fundamental para convivir, me parece a mi, tanto en el trabajo como con los nuestros

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    1. Tú lo has dicho. Fundamental aunque en ocasiones cuesta.. y no poco...

      Un besazo

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  4. Yo pido perdón, creo que es algo heredado, y como dice Yolandica, es educación.
    Hay diferentes grados de perdón, el superficial, por pisar a alguien, empujar sin querer, etc, y otro, el que se pide cuando se causa otro tipo de daño.
    Ambos imprescindibles.
    A Tenedor, le hago pedir perdón, cuando me pega, o dice algo que no debe, y acaba haciéndolo, seguido de un abrazo. Creo que es algo que se debe inculcar a nuestros hijos.
    Un besito

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    1. Sí SEÑORA algo fundamental como esto, es lo que DEBEMOS inculcar a las nuevas generaciones.

      Un besazo

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  5. La verdad es que se agradece mucho cuando te piden perdón, aunque si siquiera te hayas sentido ofendida. Es un acto de humildad y de educación. Pedir perdón es, junto con el reconocimiento de habernos equivocado, una de las cosas que más le cuesta al ser humano. Una pena, pero es real como la vida misma. Un besote!!!

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    1. Y sabes qué amiga mía, cuanto más queremos al que afendemos, más nos cuenta pedir perdón.

      Un besazo

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    1. Gracias Julia.
      ¡¡¡Bienvenida!!! y espero verte nuevamente por aquí.

      Un besazo

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  7. Me sumo al comentarios de susana y añado otra
    "estaba equivocado tenias razón".

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    1. Eso escuece tanto como poner sal en una herida, pero si hay que tragarse el orgullo, se traga y punto.

      ECDLC no deja Ud. de sorprender con sus visitas y con sus comentarios minoritarios (sin acritud) pero siempre cultivados.

      Un besazo

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  8. Hola, es verdad lo que pones, yo suelo pisar a mucha gente y suelo pedir perdon o pedir disculpas, me gustaria que cuando me pisan o me empujan en la calle, tambien me dijeran disculpa o perdona, por lo general ni el ups le sale hoy dia a la gente...muy bueno el blog
    Saludos

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